Un retiro justo y necesario (Retiro de Adviento 2017)

PITIDOS DE COCHES. BOCINAS. MÚSICA. RADIO A TODO VOLUMEN


y de repente… se hizo el silencio.

Y así fue como dio comienzo aquel Retiro del primer fin de semana de adviento. En el momento en que aquellos desagradables ruidos que parecían haber sido extraídos tal cual de la banda sonora de nuestro día a día desaparecieron, fui más consciente que nunca de lo mucho que necesitaba hacer un parón. Por suerte, me encontraba en el sitio perfecto. Tras una primera oración en la capilla en la que todos cambiamos el chip y pedimos ayuda y gracia para conseguir aparcar por unos días nuestras preocupaciones y hacer espacio en nuestros adentros para conectar y encontrarnos con aquel que nos habita, nos fuimos a nuestras respectivas camas.

Después de uno de los sueños más reparadores que había tenido en mucho tiempo y un desayuno también reparador donde los haya, tocaba ponerse al lío. Las Siervas nos dieron a elegir entre varias propuestas para trabajar y reflexionar durante la mañana. Antes de nada, tuve un fuerte deseo de poner orden en mi corazón. Arropada por el silencio que envolvía enteramente la casa en la que nos alojábamos empecé a tomarme mi propio pulso. Me di cuenta de que había dejado crecer una serie de malas hierbas en mis adentros, muchas de las cuales había regado y hasta plantado yo misma, que me asfixiaban y provocaban ciertos sentimientos de angustia que me venían quitando la paz durante un tiempo. Habiendo identificado y puesto nombre a esas enredaderas internas, pedí al Padre que me ayudara a cortar las malas hierbas y a aprender a separar el trigo de la cizaña, para que mi corazón volviera a ser enteramente terreno fértil. Solo entonces me sentí lista para embarcarme en las reflexiones propuestas. 

Fueron muchos los pensamientos y reflexiones recogidos tras la lectura de los textos seleccionados. He decidido rescatar aquí una síntesis de las conclusiones en forma de verso que brotaron al respecto de un texto sobre la forma en que María entra decididamente en la soledad de la fe y cómo eso la hace establecer una relación de confianza y de tú a tú con Dios.
 
Si me quedo
a solas contigo
a solas con tu silencio
al principio me pierdo.
No sé cómo llamarte.
¿Dios? ¿Señor? ¿Padre?
No entiendo tu misterio.
Luego comprendo
que no tengo
porque entenderlo.
Tan solo dejarme
mecer por ello.
Sentir tu presencia
en mis adentros.
Darme cuenta
de la fuerza
que me regalas
y las ganas
de nacer de nuevo.
Y es que a veces, pese a las certezas que mi corazón va acumulando, me cuesta llevar a la vida esa relación personal y de confianza plena en Dios más allá de experiencias puntuales de encuentro. ¡Qué difícil es creer firmemente que Dios nos lleva tatuados en la palma de la mano! Casualmente, aquella tarde las Siervas nos tenían preparada una actividad que nos sirvió para profundizar en esta idea y sentirla en nuestra propia piel. Literalmente.
Todo empezó con un vídeo en el que una mujer se tatuaba la imagen de una onda sonora que luego podía escucharse a través de una aplicación. La mujer en cuestión se había tatuado el sonido de su hijo al nacer. Siguiendo esta idea, las Siervas nos retaron a tatuarnos con henna, no permanentemente (todavía no se han vuelto locas del todo) unas palabras que sintiéramos que Dios nos susurraba en esos momentos. 
Después de un rato de oración, todas procedimos a grabar nuestras respectivas palabras y a transformarlas a través de la aplicación en la imagen de una onda. A continuación, tratamos de imitar la imagen de la onda con métodos más o menos exitosos en nuestros brazos. En mi caso, el resultado final se acabó pareciendo bastante a un árbol de Navidad. Esta aparente tontería me ha acompañado durante todo el adviento recordándome la promesa que se esconde tras tanto árbol luminoso y que da verdadero sentido a las fiestas navideñas. 

Después de celebrar la eucaristía, terminamos el día con la película de El Visitante, en la que asistimos a la transformación de un hombre que sale de su burbuja de comodidad y empieza a dejarse afectar y abrazar por las situaciones y las personas que le rodean.
Al día siguiente, tuvimos varias propuestas de reflexión y oración, y en esta ocasión me caló especialmente la invitación a quedarnos completamente en silencio junto a Dios a través de una especie de oración/meditación guiada que me hizo descubrir una nueva forma de diálogo silencioso con su espíritu, en la que intenté acallar o más bien atenuar el hilo interminable de pensamientos y centrarme en los sentimientos de paz y agradecimiento que me invadían el alma.

En definitiva, salí del retiro totalmente renovada y preparada, no solo para vivir como Dios manda el adviento y la navidad, sino para dejarle florecer en mi día a día independientemente de los tiempos litúrgicos.


Escrito por Sole del Cañizo

Taller de Verano 2017

Del 9 al 16 de Julio pudimos vivir una experiencia única que se viene repitiendo todos los veranos: el Taller de Verano. Fue en Madrid, en la Sierra de Guadarrama.


¡¡¡¡Msjoteros al abordaje!!!
 
 

Taller en Marcha 2017

Del 8 al 15 de julio, en Candelario (Salamanca), hemos disfrutado de una nueva experiencia con el Taller en Marcha. El tema de este año... ¡DIVERGENTE!. Ha sido una pasada poder adentrarnos en las diferentes facciones y poder reconocer, al final, que en nosotr@s está la posibilidad de ser Divergente al estilo de Jesús.
Mucho os podríamos contar pero la mejor manera será compartir este vídeo.


¡¡HASTA LA PRÓXIMA AVENTURA JUNT@S!! 


Pascua 2017: Di@s de cine


Como cada año, hemos celebrado la Pascua en Candelario (Salamanca). La temática ha sido "Di@s de Cine". Sin más, os dejamos algunos testimonios de la experiencia y un pequeño vídeo para acercaros a lo que hemos podido vivir.


"Una Pascua siempre es momento de descubrimiento, de acompañar a nuestro Dios en sus momentos más duros y, de alguna forma, devolverle todo ese amor que nos da, de agradecerle todo lo que hizo por nosotros/as"
"Esta Pascua 2017 ha supuesto un cambio en mi vida, en la manera de ver las cosas, a las personas; a darme cuenta que tengo que cuidar lo que tengo, que, a pesar de todo, tengo que dar sin esperar nada a cambio, amar"
"Una vez más me he dejado sorprender por la locura que ha acompañado a cada momento de estos días, pero, sobre todo, me he sorprendido a mí misma dándome cuenta que algo tan natural como una conversación con alguien a quien quieres, o escuchar las líneas de una canción, te hacen resucitar por dentro y darte cuenta de que todas las situaciones tienen solución si te dejas conocer"
"Citando un poco a Jesús podría decir que "Está cumplido". Esta Pascua me ha servido para analizar lo que hemos logrado y agradecer a Cristo haberme permitido acompañarle estos días. NO ESTAMOS SOLOS/AS"
"Quiero agradecer profundamente a las Siervas de San José y a los/as monitores/as haber organizado esta actividad, esta experiencia tan maravillosa. Gracias a ella, he podido darme cuenta que Él está en mi día a día, queriéndome y acompañándome. He podido hacer un repaso al guión de mi película, cosa que me marcó mucho. Recomiendo 100% la experiencia"
"Esta es mi primera Pascua. Desde el primer día hasta el último realizas dinámicas muy intensas, ya que revives los últimos momentos de la vida de Jesús y te planteas la vida de otro modo. Es una experiencia intensa y muy hermosa y os animo a que vosotros/as la podáis realizar".
"Estos días me han abierto los ojos en el sentido de continuar caminando, dejar de pensar en que ya he llegado. Empiezo a ver la necesidad desde el punto de vista cristiano de la implicación. Este proceso deberá estar definido por tres factores: Dios, pareja+familia y trabajo"



Encuentro Juven 2017

El viernes 16 de febrero, después de todo lo compartido este verano en el Taller en Marcha, pudimos volver a vernos para compartir momentos mágicos e inolvidables dentro del MSJ. Entre abrazos, saludos, preguntas sobre cómo nos va la vida... dimos comienzo a nuestro encuentro como JUVEN.
El sábado nos esperaba una sorpresa, la película "Del Revés". Toda la dinámica de la mañana, el espacio de reflexión personal y compartir en el grupo giró alrededor de la peli: pudimos reflexionar sobre cuál es nuestra emoción principal y cómo nos funciona en el día a día; pararnos a descubrir cuáles son nuestras islas de la personalidad y cómo afrontamos situaciones difíciles que se nos van presentando en la vida. Pudimos compartir una oración dirigida en la que se nos invitaba a experimentar cómo nos sentimos si somos capaces de afrontar y romper con aquellas cosas que nos impiden seguir caminando y sentirnos acompañados a la hora de ponernos en pie. Por la noche aprovechamos, entre risas y bromas, para jugar y pasar un rato en familia.


El domingo nos acercamos a las emociones de Jesús. Después de la evaluación, compartimos la eucaristía.









Convivencia en la vida cotidiana

El grupo de jóvenes de convivencia en la vida cotidiana, tuvo el sábado 21 de Enero de 2017, uno de sus encuentros, tras lograr cuadrar las variopintas agendas en medio de la enredada vida en Madrid.
El encuentro se realizó en la Comunidad de Siervas de San José de los Olivos, situada en el barrio Lucero de Madrid y se centró en seguir cuidando y dando continuidad a los procesos mediante la formación y lo experiencial.
Esta vez, quisimos centrarnos en revisar nuestra imagen de Dios. Comenzamos por evidenciar todas aquellas imágenes falsas que sin querer se nos imponen, bien por influencia de una religiosidad tradicional o por la de una cultura del bienestar individual y a toda costa que nos anestesia, y que entre otras cosas reprime todo sufrimiento como parte de la vida humana y busca a un Dios aspirina que nos resuelva la vida, que acabe con nuestros dolores y problemas, un Dios de soluciones mágicas, al que además podamos controlar o manipular a nuestro criterio y beneficio, etc.  Tras analizar la multitud de imágenes falsas e identificar aquellas que a diario se nos cuelan a cada una, a menudo sin ser conscientes, a continuación nos paramos a recordar los rasgos de la verdadera imagen de Dios por medio de la persona de Jesús, quien nos muestra el verdadero rostro del Dios cristiano; el del amor compasivo e incondicional, que cuenta con nuestras flaquezas y nos acepta tal cual somos; el Dios de la fragilidad, que se encarna en medio de los últimos y que sufre con los más abandonados; el Dios de la gratuidad, que nos lo da todo sin nada a cambio y que pone el valor de la persona por encima de todo lo demás; el Dios compañero de camino, etc. Por último, con la imagen mejor enfocada, nos lanzamos a realizar cada una nuestro credo particular y comprobamos que cuando se trata de ajustar la relación con Dios, no hay escrito, que no se convierta en poema y este en “poesía verdadera”.
A continuación como solemos hacer, comimos juntas, compartiendo algunas de las especialidades caseras de cada una, o bien mediante la triunfadora tortilla del bar de la esquina. Un rato para las anécdotas, las conversaciones distendidas y para disfrutar de simplemente estar en  lo presente del momento. 
Por la tarde, realizamos a través de una dinámica un breve recorrido simulado por nuestra vida, recorriendo un camino de obstáculos, de luces y sombras, de zonas de riesgo, de círculos viciosos, etc. por medio del cual aterrizamos en el momento actual de cada una en su andadura cotidiana.
Pero todo esto tiene su extra, y es que no queda solo aquí, sino que nos invita a buscar tiempos y espacios para retomar, desmontar, redescubrir, reinventar, sentir el eco de lo vivido, escuchar en el silencio, y estar atentas para el encuentro con el verdadero Jesús de Nazaret.  
Por último, como es costumbre, salimos a tomar algo juntas, pues lo cotidiano es lo que tiene, no acaba un suceso sino es seguido de cualquier otro, y en cualquier hora y lugar por ordinario que sea, se propicia una nueva oportunidad para disfrutar y aprovechar con intensidad la Vida, más aún si se hace en buena sintonía.


No creo en un Dios manipulador.
No creo en un Dios impaciente.
No creo en un Dios pañuelo, de momentos aislados.
No creo en un Dios de intercambios, de chantajes, de trueques.
No creo en un Dios de exigencias, de límites, de condiciones.
No creo en un Dios de medidas, de balanzas o recuentos.
Tampoco en el Dios que te sienta en un sofá mientras Él mismo soluciona tu vida como un genio salido de una lámpara.
No creo en el Dios del trueque de Ave Marías por favorcillos y milagrillos.
No creo en un Dios pasivo, desactualizado, antiguo.
No creo en un Dios cerrado, con fronteras, con prejuicios.
No creo en un Dios que mira hacia otro lado.
No creo en un Dios que abandona y se despreocupa.
No creo en un Dios que castiga.
No creo en un Dios que no acoge en los momentos de frío y de tiniebla.
No creo en un Dios permisivo, al que le parezca bien todo lo que hago, ni en un Dios que me juzgue o me castigue por mis fallos.
Ni en el Dios de los filósofos, un Dios abstracto que se desentiende del hombre y no me conoce personalmente.
No creo en un Dios conformista, ni en un Dios que esté todo el día de risas y celebración, despreocupándose del sufrimiento.
No creo en un Dios que me pueda caber en la cabeza.
Creo en un Dios que se preocupa de lo pequeño.
Creo en un Dios que se deja encontrar.
Creo en un Dios que da libertad.
Creo en un Dios que sorprende.
Creo en un Dios de Vida, de Paz, de Claridad.
Creo en un Dios de Esperanza, Sustento, Paciencia.
Creo en un Dios que acompaña, acoge y abrazo.
Creo en un Dios de entrega, tacto, consuelo.
Creo en un Dios de mejora, humildad, encuentro.
Creo en el Dios que nos crea hermosos, que cada mañana coge un pedacito de Sí Mismo para construirnos unas alas e invitarnos a volar, a entregarnos, a seguirle.
Creo en el Dios que nos recoge cuando nos caemos y nos guía con miguitas de pan cuando nos perdemos.
Creo en un Dios PADRE-MADRE  todopoderoso en el Amor, fuente de mis alegrías, y refugio en mis tristezas.
Creo en Jesús, su palabra y su vida. Y creo que Dios, Jesús y el Espíritu, actúan en mi día a día, a través de rostros y situaciones.
Creo en un Dios que ha sido y es Luz en mi vida, y que me ayuda y anima a ser luz para otros.
El Dios en el que yo creo… ama y perdona sin límite:
Se encarnó en lo más pequeño y frágil de este mundo.
Abraza y acaricia a todos, sobre todo a los más débiles y necesitados.
Se hizo pequeño para que otros se hicieran grandes y visibles.
Alienta en la esperanza y la libertad a los oprimidos y olvidados.
Entrega su vida hasta el final para ser Salvación y Camino.

Para enseñarnos que la última palabra no la tiene la MUERTE sino el AMOR.